Muerte y Esperanza
El asesinato de la joven estudiante del CCH Oriente, Aideé Mendoza Jerónimo, simboliza la situación de México: violencia, abandono de la educación y de las mujeres a su suerte, autoridades confundidas, señalamientos sin suficientes fundamentos y una protesta que se avecina.
Aideé fue asesinada de un tiro en el costado en el interior de una de las aulas de su escuela adscrita a la Universidad Nacional Autónoma de México. Hasta ahora nadie sabe quién o quiénes son los autores materiales del asesinato, ni el móvil; tampoco de dónde vino el disparo.
Aideé simplemente se desplomó sintiendo un dolor en el costado, el auxilio llegó tarde, como parece que se acostumbra en México. Poco después su vida se apagó para siempre.
Me duelen profundamente esta pérdida, pero nunca como les duele a lo padres de Aideé. ¿Quién o quiénes le arrebataron esta vida a México y por qué? La pregunta exige respuesta, pero esta vez no parece soplada por el viento.
El abandono de las mujeres en medio de este mar de violencia que vivimos, tiene como una de sus causas las exigencias de los organismos económicos del capitalismo mundial (OMC, OCDE, BM, FMI, etc.) de establecer condiciones que aseguren ganancias extraordinarias a sus patrones, a costa del empobrecimiento de la población por el abandono de las políticas de seguridad social, la precariedad en el empleo y una inadmisible desigualdad; factores todos ellos que conjugados, incrementan la criminalidad, debilitan a las instituciones republicanas y ponen en la mira del crimen a los niños y a las mujeres primero.
Las exigencias de las agencias internacionales del capital se combinan con la ambición de algunos grupos empresariales mexicanos para aprovecharse de la situación y, en complicidad con algunos gobiernos, poner en juego políticas económicas que propician una salvaje explotación de los trabajadores.
Se ha demostrado hasta la saciedad que estas políticas económicas combinadas con las exigencias de las agencias internacionales solo llevan al caos y la violencia, afectando incluso las utilidades de quienes se enriquecen con ellas. No es extraño que hoy quieran corregir el rumbo.
Tal es el caso del presidente de los Estados Unidos de Norteamérica Donald Trump; quien durante su campaña y en sus primeros años de gobierno no sólo insultó a los mexicanos, sino intentó frenar la inversión extranjera en México.
Una inversión de capital que no llegaba a impulsar el desarrollo nacional y el bienestar de la población; sino a exprimir a los trabajadores para conseguir ganancias extraordinarias que comenzaron a afectar la balanza comercial de los EE.UU. y que había que parar, según Trump, en seco.
Abandonó las amenazas a las empresas estadounidenses y extranjeras ante el rechazo de las mismas de abandonar territorio mexicano, paraíso terrenal de la explotación capitalista, cambió de estrategia, utilizó la amenaza de no firmar el tratado de libre comercio entre su país, México y Canadá, si no se igualaban ciertas condiciones económicas que ponían en “desventaja” a USA y Canadá frente a un México recipiendario de capitales voraces.
Los bajísimos salarios y la inestabilidad en el empleo eran algunas de esas condiciones que los asesores del presidente Trump señalaron como causa de una competencia “desleal” y que deberían ser igualadas. El mecanismo diseñado para la “homologación” fue una reforma laboral.
Lo insultante de la actual reforma laboral, no es su contenido, que en cierta forma beneficia a los trabajadores; sino su origen. Ahora resulta que la demanda de mejores salarios, democracia e independencia sindical viene de los mismos que la combatían a muerte y que ahora al parecer les conviene.
No es difícil que la urgente aprobación de la reforma laboral tenga que ver con la actitud vacilante ante la iniciativa de reforma educativa.
Grupos de empresarios mexicanos gritan y se rasgan las vestiduras por el sacrilegio de la reforma laboral; y exigieron que al menos en el caso de la reforma educativa se mantuviera el respeto a sus intereses. Por otra parte, la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), presionaba para defender sus derechos laborales puestos en riesgo desde el 2013.
Es claro que el gobierno de México cedió en parte la reforma educativa a la derecha a cambio de ser aprobada la reforma laboral; por eso las prisas, por eso el aparente madruguete a la CNTE, porque urgía aprobar la reforma laboral y lo hicieron.
No sucedió lo mismo con la reforma educativa que fue rechazada por los senadores ¿Por qué? Es un misterio cuya respuesta tampoco sopla el viento. Hay una interpretación que aunque arriesgada no deja de ser una hipótesis aceptable.
La reforma educativa fue rechazada por el senado para pintarle un cuerno a quienes creyeron que recibían su justo pago por aprobar la reforma laboral (ojo:se podrían quedar con un palmo de narices). La iniciativa de reforma irá de regreso a la cámara de diputados y podrá ser negociada con el polo opuesto: la CNTE. Desde luego, un escenario posible es que a la CNTE le vuelvan a dar atole con el dedo y el gobierno condicione las negociaciones de mayo con una reforma educativa que convenga a todos los actores; aunque entre ellos no estén los niños, privilegiados en teoría por el régimen de la Cuarta Transformación. Del SNTE nos reservamos la opinión.
¿Quién se ocupa de la educación en medio de intentos de reforma que lo son todo, menos educativas? Es esta una pregunta que se ha hecho Enrique Dussel desde su aula, preocupado por el déficit de ética de la 4T.
En todo esto, lo maquiavélico del manejo político de la situación no debe atribuirse al presidente de la república. Andrés Manuel López Obrador, pese a errores evidentes ha actuado con prudencia frente a las presiones e insultos de Donald Trump. Vean si no se justifica la prudencia ante la farsa de golpe de estado en Venezuela, un sainete al que asisten los interesados y que aplauden los desinformados; sin percatarse de cuál es la obra principal. La obra principal es controlar América Latina y abatir a México.
El interés de ciertos grupos poderosos de estadounidenses por abatir a México, tiene su razón primaria en el escenario internacional donde China y Rusia presionan por un hegemón de tres cabezas, el retorno a la economía política nacional y a la definición de los respectivos espacios vitales.
Para ello Estados Unidos se siente llamado a apropiarse de América Latina como su zona de seguridad y abatir lo que perciben como un poder latente: un eventual fortalecimiento de México, y en eso la 4T se les presenta como un factor que hay que acotar con firmeza.
Como uno de los actos de la obra principal, aparece la embestida de la derecha mexicana contra AMLO y el gobierno de la 4T. Los dichos y reclamos difundidos son absurdos y pueriles, la derecha mexicana es un chiste que hay que tomar en serio.
También esta derecha de vodevil toma consignas de la vieja izquierda: exige lo imposible como estrategia para negociar en lo oscurito que se le perdone. ¿Acaso fui yo señor? diría uno de los personajes, muy a tono con la pasión de Cristo; de allí el peligro que corre AMLO con su discurso franciscano del perdón; franciscano no por la orden religiosa, sino por el mártir de la revolución Francisco I. Madero.
En el centro de este mar brumoso que he intentado describir está el sacrificio a Baal de Aideé Mendoza Jerónimo, cuyo perpetrador, individual o colectivo, más que diabólico es simbólico, en tanto representa aquello que en su variada complejidad nos hace daño.
No así para ella, a quien la espantosa realidad de sus agresores le arrebató la vida y con ello , contribuyó a la dolorosa disminución de la Esperanza, al menos de la mía.